Tecno-fascismo y resistencia mágica en la era del miedo.

Hay cierto tipo de hechicería que no vemos pero que influye en cada unx de nosotrxs conduciendo y definiendo el rumbo de nuestras vidas. Llamamos misticismo cuando se acude al secreto para influir sobre las mentes y las acciones de las personas. Pues bien, hay una mística cotidiana que pasa desapercibida a nuestros ojos (porque en realidad está diseñada para que así sea) y está presente en los objetos con los cuales mantenemos en la actualidad una relación más intensa: la tecnología. Si pensáramos como el ciudadano normal-promedio tal vez no veríamos en la tecnología ningún riesgo o truco subyacente, solo la percibiríamos como objetos puestos únicamente para nuestro beneficio por los grandes benefactores que controlan el mundo y el progreso. Es este el tipo de conciencia sumisa que ellos pretenden imponer. Pero si miramos nuestra realidad con un poco más de profundidad y espíritu crítico, pronto descubrimos que es definida por un montón de conflictos de raza, clase, género en los que cada cosa, incluso nosotrxs mismxs, tenemos un lugar, cumplimos un rol y tenemos una razón de ser muchas veces determinada por alguien más. Es así como debe pensarse la tecnología, en medio de las disputas por el poder y el capital de las grandes corporaciones y regímenes que quieren administrar nuestras vidas. Y hemos de saber, además, que las disputas por el poder tienen una dimensión mística-mágica-esotérica en tanto en ellas se pretende influir sobre la psique de una manera inconsciente.

Si tuviera que describir entonces  cuál es la dimensión mágica de la tecnología, dónde se esconde el truco y la hechicería, diría que tras lo que llamamos “aplicaciones” y “redes sociales” se invierten monumentales cantidades de dinero en expertos en conductismo encargados de diseñar estímulos para la mente que nos mantengan prendidos al móvil o a la pantalla en un estado de perpetua necesidad de estas. Se usan colores fuertes que atraen la mirada, sonidos agudos que despiertan nuestra atención, hasta estrategias más complejas que nos hacen requerirles todo el día. No es que seamos débiles de carácter, es que sencillamente estamos bajo su influjo sin ser plenamente conscientes. Y luego de sentirnos debilitadxs por todos estos dispositivos, vienen a vendernos los talleres de coaching y emprendimiento para completar así la nueva religión tecno-empresarial.

Un ejemplo claro del influjo de estas tecnologías y su capacidad de manipulación es lo que ha venido pasando con las elecciones alrededor del mundo donde hemos visto el ascenso del fascismo en muchos países. Puntualmente en Colombia, las elecciones presidenciales fueron conquistadas por el sector de la Narco-extrema derecha a través de “falsas noticias” y bulos deliberados que se difundían en masa a través de aplicaciones como Whatsapp y Facebook. Cada día que pasa se comprueba el carácter fraudulento de la victoria de esas elecciones (compra de votos con dinero de narcos, manipulaciones en la registraduría, además de lo ya nombrado).

Estas tecnologías tienen gran capacidad de influir sobre nuestra vida y cuando menos nos damos cuenta nos sentimos sometidos a ellas sin ninguna clase de control sobre nosotrxs mismxs ¿no es esto un efecto de algún sortilegio? ¿Cómo escapar a todo ello entonces? Parece ser la gran pregunta. Pienso que en buena medida la respuesta está en distanciarse del ciber-espacio y la pseudo-sociabilidad que genera, la ansiedad por sentirse acompañados por los otros o recibir su aprobación, pero sin permitirse ser cada uno en sí mismo, sin permitir las distancias que nos acercan y nos permiten tener de que hablar en cada encuentro, soledades pobladas de afectos. Pienso que al apartarse del ciber-espacio existe la posibilidad de descubrir muchas cosas que han estado frente a nosotrxs todo este tiempo pero que hemos sido incapaces de percibir o valorar por influjo de su magia negra cuya esencia es el miedo. Se pueden llegar a descubrir paisajes, relatos y formas de vida que desbordan o se mantienen al margen del ciberespacio. Pero sobre todo creo que la clave está en buscar refugio en ciertas formas de intimidad, principalmente en la espiritualidad; el desconectarse de todo, acogerse al silencio, contemplar la vida, prender una vela quizá y escuchar al fuego; y si hay algo que enseña la magia y que es esencial a ella es a “intencionar”, concretar nuestras intenciones en la vida, en cada campo, ya que hacia ello se dirigirán nuestras energías; sino tenemos claros nuestros propósitos es fácil que alguien más pueda decidir por nosotros y arrastrarnos a sus fines, es por eso que el sistema y los poderosos nos mantienen en un estado de permanente confusión y distracción por medio de todo el ruido de su falsa información, sus aplicaciones, su publicidad y sus métodos de control violentos. Hay muchas maneras de vivir la soledad, esta tiene muchas caras, y tal vez solo debemos acariciarla con el espíritu y esta nos regresará la caricia. A la soledad no hay que temerle o temeremos de nosotrxs mismxs. De este modo podremos pensar un horizonte donde volvamos a las redes sin sentirnos tan desorientados, siendo conscientes de a qué nos exponemos, y con propósitos claros para no desperdiciarnos en distracciones.

 

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